En los últimos años existe una creciente inquietud internacional, sobre todo en Australia, Canadá, Estados Unidos y cada vez más en Europa, por los casos de muerte asociada al uso indebido de analgésicos opioides sujetos a prescripción médica, pues están causando que más de 60 personas mueran a diario en USA a causa de sobredosis por ellos.
En España también se está produciendo un aumento progresivo del usos de analgésicos opiodes, a veces de muy alta potencia, y aproximadamente del 3 al 4% de los pacientes con dolor crónico no oncológico que toman opiáceos son dependientes a ellos. Además frecuentemente se toman en dosis muy elevadas y durante periodos de tiempo muy prolongados, pero además en muchas ocasiones no disminuyen de forma eficaz el dolor, bien porque no están indicados en esa patología concreta (fibromialgia) o bien porque cada vez es más frecuente que se produzca un síndrome de hiperalgesia por su consumo, un cuadro clínico de reciente aparición, en el que aunque se aumente repetidamente la dosis de un opiáceo, este fracasa en producir un efecto analgésico y por el contrario provoca, de forma inexplicable, la exacerbación del dolor.
El tratamiento del dolor crónico requiere la utilización de unos protocolos clínicos adecuados, usando los opioides cuando sean necesarios, pero siempre dentro de unas prácticas seguras en su manejo que disminuyan sus riesgos y aumenten sus beneficios.
Dr. García Basterrechea
Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Murcia
Especialista en Medicina Interna