Aproximadamente 9.6 millones de españoles son fumadores, el 32,3% de los que tienen entre 15 y 64 años, y muchos desean dejar de fumar, siendo la llegada del nuevo año el momento en el que algunos se proponen alcanzar este objetivo, y aunque bastantes son conscientes de que no les va a ser fácil, no por ello hay que desistir y perder la esperanza de poder lograrlo. De hecho, ya son 10 millones de españoles, más de la mitad de todos los fumadores de nuestro país, los que han conseguido abandonar esta adicción y son exfumadores.
Los motivos para dejar de fumar son muy variables, para la mayoría la razón fundamental es mejorar la salud o evitar los importantes gastos económicos que genera, otras veces es mejorar la autoestima, dar ejemplo o ser más libres y no esclavos de una sustancia.
Los beneficios de dejar de fumar se producen muy rápidamente y van aumentando de forma gradual. Ya a los pocos minutos o días, la presión arterial y la frecuencia cardíaca vuelven a la normalidad; la oxigenación pulmonar mejora un 15-20%; el gusto y el olfato se recuperan. En pocas semanas desaparece el mal aliento y mejora la hidratación de la piel, así como el riesgo de muerte súbita o de complicaciones cardiovasculares, igualándose en unos años al de los no fumadores.
Las personas que estén decididas a abandonar el consumo de tabaco deben fijar un día concreto, ese será su día D, siendo conveniente, antes de llegar al día elegido, iniciar una serie de acciones que pueden facilitar el éxito posterior. Entre ellas se pueden destacar:
- No acepte ningún cigarrillo que le ofrezcan.
- No pida tabaco. Fume sólo del suyo.
- Cada vez que acabe un paquete cambie de marca de tabaco a otra con menos contenido en nicotina.
- Reduzca progresivamente el número de cigarrillos y establezca un tiempo mínimo entre ellos.
- Retrase el primer cigarrillo de la mañana entre 15 y 30 minuto, o más si puede.
- No fume en ayunas.
- Fume con la otra mano.
- En casa, fume sólo en un sitio fijo, que no sea cómodo, por ejemplo, en el balcón o en el lavadero (nunca en su sillón favorito).
- No fume cuando esté con niños, ni cuando esté con algún no fumador en un lugar cerrado, ni dónde esté prohibido.
- No fume nunca conduciendo, ni en la cama, ni mientras come, … Aumente progresivamente los espacios sin humo.
Llegado el día D.
- La noche anterior tire todo el tabaco y quite los ceniceros de la casa.
- Comunique a sus familiares y amigos que va a dejar de fumar y pídales que le ayuden y no le den tabaco.
- Si en su hogar hay fumadores, pídales que solo fumen en algunas zonas que se determinen de antemano.
- Cambie los hábitos asociados al tabaco. Incluso, abandone por un tiempo el alcohol y el café si son situaciones de alto riesgo.
- Realice ejercicio físico o deporte.
- Realice actividades placenteras que le ayuden a llevar mejor el abandono del tabaco.
- Cuide la dieta, evitando comer a todas horas y los atracones. Así conseguirá controlar su peso.
- Tome líquidos abundantes.
- Lávese los dientes después de cada comida y después realice cualquier actividad que le ayude a no fumar.
- Evite lugares llenos de humo
- Si tiene deseo de fumar, espere, no lo haga y piense en no fumar un día más.
No fumar es posible, aunque para muchos no es fácil y en ocasiones se precisa recurrir a programas de tratamiento especializados que faciliten el abandono y prevenga la recaída. Si lo necesita no dude, merece la pena.
El humo del tabaco de combustión contiene alrededor de 7.000 productos contaminantes, que son irritantes de las mucosas y cancerígenos, y que, junto al monóxido de carbono, son los causantes de que más de 8 millones de personas mueran prematuramente cada año en el mundo, de ellos 1,2 millones no son fumadores y mueren por exposición al humo ajeno. Lo que en España equivale a unas 60000 muertes anuales derivadas del tabaquismo. Pero no solo viven entre 10 y 20 años menos, sino que viven peor y con menos calidad de vida.
A pesar de ello, existen más de un 40% de fumadores que no desean dejar de fumar o que queriendo no pueden conseguirlo. Estos fumadores se puede plantear la alternativa de abandonar el tabaco de combustión y utilizar productos como los cigarrillos electrónicos o el tabaco calentado. Productos estos que, aunque no son inocuos, son una opción muy útil para disminuir los daños derivados del tabaco. A pesar de que esta es una alternativa rechazada por algunas sociedades médicas, su eficacia está claramente demostrada y son cada vez más los países que la utilizan como un instrumento en la lucha contra el tabaquismo y que consideran que puede ser parte de la solución y no del problema. Estos países, entre los que se encuentran Reino Unido, Japón, Canadá, Nueva Zelanda o Suecia, etc., son países que presentan una incidencia de fumadores muy inferior a la existente en España.
En cualquier caso, dejar de fumar es lo mejor que un fumador puede hacer por su salud y siempre es un buen momento para intentarlo.
Dr. García Basterrechea
Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Murcia
Especialista en Medicina Interna por la Universidad de Murcia