Deprecated: Array and string offset access syntax with curly braces is deprecated in /mnt/web207/a0/47/57325447/htdocs/basterrechea/wp-content/plugins/Ultimate_VC_Addons/admin/bsf-core/auto-update/admin-functions.php on line 11 Consumo de drogas: ¿Se puede disminuir? ¿Qué podemos hacer?

Consumo de drogas: ¿Se puede disminuir? ¿Qué podemos hacer?

Los motivos por los que una persona consume drogas son muy variables. Por una parte existe una cultura que favorece el consumo normalizado de diversas sustancias, lo que conduce a una gran tolerancia social y familiar, considerándose normal que jóvenes de 13, 14 o 15 años  consuman bebidas alcohólicas o tabaco, sin que ello genere una preocupación importante, aun cuando suelen ser la puerta de entrada para consumos posteriores de cannabis y otras drogas, en particular cuando se relacionan con amigos que sí consumen estas drogas y donde la “presión de grupo” es para muchos difícil de superar.

Por otra parte, la inmensa publicidad, en canciones, vídeos y sobre todo en redes sociales, contribuyen a que los más jóvenes vean como natural e incluso deseable tener experiencias con diversas sustancias. Sustancias a las que tienen acceso fácilmente, con leyes que no se cumplen y permiten, en la práctica, la venta de alcohol y tabaco o su acceso a salones de juego a menores de edad (22 % de los menores de 18 años realizan juego presencial en Murcia).

Finalmente, la sobreprotección o la “ausencia” de los padres en la educación de sus hijos, junto a la inexistencia de una formación integral en los colegios e institutos, así como las pocas posibilidades para realizar actividades de ocio gratuitas que les interesen a los jóvenes, o la desesperanza en el futuro, con frecuentes cuadros de ansiedad o depresión, son un conglomerado de circunstancias que los llevan a experimentar con algunas drogas y que en aquellos que son vulnerables conducen a la adicción.

Las dificultades en los últimos años para conseguir una lucha eficaz contra el consumo de drogas, nos puede llevar a pensar que esta lucha es imposible y está destinada al fracaso, pero esto no es así, se puede actuar. Existen diversas experiencias que permiten ser optimistas para disminuir la prevalencia del consumo de drogas y sus repercusiones a niveles mucho más bajos de los actualmente existentes, así:

Con el tabaco, en California, han conseguido tras más de 40 años de programas de prevención del tabaquismo, reducir su consumo al 9,3%, casi la mitad de la media de fumadores existentes en EE. UU. (17,8%).

En otros países han sido los programas de reducción de daños los que han facilitado el descenso del número de fumadores. En Suecia, el uso durante más de 30 años de tabaco oral (Snus), ha hecho que disminuya el consumo de tabaco de combustión hasta niveles muy inferiores de los que existen en el resto de los países de la Unión Europea, solamente un 5% de suecos son fumadores en la actualidad.

Más recientemente, la incorporación de cigarrillos electrónicos y de baja combustión, está favoreciendo descensos significativos del consumo de tabaco convencional y de su patología asociada en países como Reino Unido, Japón o Nueva Zelanda.

Estos programas de reducción de daños están concebidos para disminuir las repercusiones y mejorar la calidad de vida de aquellos que no son capaces de abandonar el consumo de una droga o simplemente no quieren dejar de consumir. Son programas complementarios a los tratamientos para conseguir la abstinencia total, y ya han sido usados con eficacia desde hace muchos años. Así, durante la epidemia de heroína de los años 80, la administración de opioides como la metadona y buprenorfina y ofrecer jeringuillas nuevas para evitar las infecciones como el sida y la hepatitis, ha permitido disminuir muchísimo los problemas derivados del consumo de esta droga y también que muchos adictos decidieran incorporarse posteriormente a programas de tratamiento para el abandono del consumo. Con las bebidas alcohólicas también se utilizan estos programas con la intención de disminuir los daños, incorporando bebidas con baja graduación de alcohol, indicando que se beba poco y solamente 2-3 días a la semana o administrando fármacos como la Naltrexona o el Nalmefene para intentar reducir y controlar las dosis ingeridas.

Por otra parte, en Islandia, en los últimos 20 años se ha reducido el consumo de tabaco, bebidas alcohólicas y otras drogas, de forma muy significativa, a través de programas destinados a potenciar los factores protectores del consumo de drogas. Estos factores protectores se ha demostrado que son: la participación de los jóvenes, varias veces por semana, en actividades gratuitas de tipo deportivo, baile, danza, artes marciales, etc., para lo que se crearon más recintos deportivos y se subvencionaron club privados destinados a estas actividades; también se aumentó la implicación de los profesores y del instituto en sus vidas; se prohibió la compra de tabaco por menores de 18 años y la de alcohol por menores de 20. Así mismo, se destinaron recursos para que los padres participasen en los centros de enseñanza, en actividades de formación, orientación y compromiso tendentes a evitar salidas de sus hijos hasta a altas horas de la noche, para que no les comprasen bebidas alcohólicas, no realizaran fiestas sin su supervisión, conocieran a sus amistades y para que pasaran mucho más tiempo con sus hijos. En resumen, todo dirigido a que los jóvenes mejoren su química cerebral haciendo cosas diferentes y mejores que usar las drogas como entretenimiento, evasión o como una manera de luchar contra el estrés o la ansiedad.

Estas actuaciones destinadas a mejorar los factores protectores se están trasladando a otros países y ciudades pues, con alguna diferencia puntual, son válidas en todas partes. Ver en https://elpais.com/elpais/2017/10/02/ciencia/1506960239_668613.html

Además de todas estas medidas preventivas por parte de los padres y de las Administraciones Públicas, es necesario que estas aumenten la oferta de tratamiento, en particular incorporando programas multidisciplinares de abordaje de las adicciones en los centros Atención Primaria de Salud e incluyendo, a coste mínimo, la financiación de los tratamientos por la seguridad social (por ejemplo, subvencionando en un 90% la terapia sustitutiva de nicotina en tabaquismo), de manera que sea fácil solicitar ayuda para abandonar el consumo. Finalmente se debe actuar para facilitar la reinserción en la sociedad de los enfermos recuperados.

Dr. García Basterrechea
Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Murcia
Especialista en Medicina Interna por la Universidad de Murcia

Adicciones, Alcoholismo, Drogadicciones, drogas, Sustancias, Tabaquismo

Entradas relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies