Desde que se inició la cuarentena muchas personas han abandonado el consumo de drogas, ya sea porque su consumo estaba asociado a salir de fiesta con amigos y acudir a ciertos locales o porque tienen dificultad para conseguirlas, también porque algunos están aprovechando estas circunstancias para dejar de consumir.
Para otros muchos, esta situación de aislamiento va a suponer un aumento del consumo de drogas: principalmente tabaco, bebidas alcohólicas, cannabis, ansiolíticos, cocaína y también heroína.
La razón principal, se debe a que los seres humanos, en su mayoría, somos sociales por naturaleza y el aislamiento o la soledad favorece el uso de drogas, pues su uso proporciona en estas situaciones, unos “beneficios y placeres” más allá de sus propios efectos sedantes o estimulantes, en particular, la sensación que tiene el consumidor de escapar, de no sentir, de conseguir que el dolor, la angustia, la ansiedad o el sufrimiento pasen y no le afecten, evadiéndose de una realidad que le agobia y que consumiendo la sobrellevan mejor, aunque después todo siga igual o incluso mucho peor.
En experimentación animal se ha comprobado, en ratas adolescentes, que cuando las aislamos socialmente y disponen de drogas a su alcance: alcohol, anfetaminas o cocaína, se vuelven más sensibles a la recompensa y se hacen más adictas, persistiendo esa conducta adictiva, junto a más ansiedad y agresividad cuando posteriormente se resocializan, es decir se juntan con otras ratas. Mientras que, si la exposición a drogas se realiza en ratas en comunidad y con acceso a otras actividades, el uso de drogas es ocasional sin compulsividad y sin adquirir conductas adictivas.
Es primordial evitar el aislamiento social.
La posibilidad de que estas conductas sean extrapolables a los seres humanos, en particular a los más jóvenes, nos tiene que poner en guardia en la situación actual para prevenirlas, favoreciendo el contacto, la conversación, las actividades recreativas y sociales en la familia o en las redes sociales, de manera que disminuya o se evite el aislamiento social, las alteraciones conductuales y el desarrollo de ansiedad, agresividad o de diferentes adicciones. Adicciones que, aunque parezca que ahora son casi imposibles, por la aparente dificultad para adquirir drogas, la realidad es que conseguirlas es más fácil de lo que parece, ya sea cuando salen a pasear el perro o comprar algún alimento y quedan con su “camello” o porque se las traen al portal de casa, sin que nadie se entere.
Por otra parte, la mayoría de los que tienen consumos de riesgo o ya son adictivos, han pensado muchas veces que le gustaría disponer de tiempo para poder aislarse de su vida habitual e incluso para poder ingresar en una Comunidad Terapéutica y así poder tratar y vencer su dependencia, pero habitualmente no lo hacen, bien por falta de tiempo o bien porque es muy caro.
Ahora puede ser un buen momento para actuar, ya que se dan las condiciones sociales y de confinamiento en casa, que pueden proporcionar la oportunidad de lograr abandonar a ese “amigo” que, aunque durante un tiempo ha controlado y le ha proporcionado momentos de fiesta y diversión, progresivamente está siendo causa de problemas y complicaciones, unas veces generando gastos muy elevados, otras problemas laborales o accidentes, etc., pero siempre dolor, enfados y discusiones familiares.
Vamos a estar unas semanas aislados. Tratemos de aprovecharlo.
Para conseguirlo y aprovechar esta situación, que probablemente se alargue varias semanas, lo primero es tener claro el motivo para tomar esa decisión y a partir de ahí, si el deseo es firme y profundo, es necesario asumir que no será fácil y que precisará esfuerzo. Esfuerzo necesario para establecer rutinas y actividades dirigidas a reestructurar su vida una vez que esta retorne a la normalidad, así como para planificar un programa de deshabituación, a través de una actitud activa dirigida a analizar los motivos, situaciones y circunstancias que actúan como detonantes o favorecedoras del consumo.
Conocerlas y tener conciencia de ellas, le permitirá modificar aquellos hábitos y estilos de vida que les han conducido en el pasado a mantener el consumo y que si no los cambia le volverán a conducir en el futuro a seguir consumiendo. Por el contrario, si nos relajamos y no hacemos el esfuerzo necesario, no analizamos profundamente los motivos y no planificamos nuestra vida, considerando que está siendo muy fácil no consumir, lo habitual será que cuando vuelva a su vida habitual todo siga igual que antes, ya que si hacemos lo mismo que hacíamos ocurrirá lo mismo que ocurría.
Si solo no pueden conseguirlo es el momento de pedir ayuda para juntos organizar un plan y un tratamiento, que le permita salir de esta cuarentena mejor que empezó.
Dr. García Basterrechea
Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Murcia
Especialista en Medicina Interna por la Universidad de Murcia