El uso problemático de los dispositivos digitales (móviles, videojuegos, redes sociales, internet), es una realidad cada vez más frecuente. Entre los estudiantes de primero y segundo de la ESO ya afecta al 14,5% de ellos, aumentando al 25,9% entre los estudiantes de enseñanzas medias de 14 a 18 años.
Este uso problemático no necesariamente va a conducir a una adicción, ya que la mayoría son capaces de utilizarlos y poder controlar su uso, si bien otros tendrán repercusiones significativas, sobre todo en los estudios, pero otros muchos terminarán teniendo una adicción, es decir, un trastorno del comportamiento, caracterizado por la necesidad compulsiva e incontrolable de estar conectado y utilizar las redes sociales o jugar, con abandono de sus obligaciones. Lo que les conducen a una pérdida progresiva del control y a repercusiones significativas en la vida diaria. De hecho, el 9,3% de las admisiones a tratamiento en 2022 entre los 15 y 65 años fueron por uso compulsivo de internet, móviles, dispositivos electrónicos, redes sociales o videojuegos.
Existen diversos signos y criterios, que ayudan a detectar si existe o no una dependencia o trastorno adictivo a internet, redes sociales y videojuegos, ya sea en el móvil, Tablet, ordenador o consola. Entre ellos se pueden valorar:
- ¿Cuántas horas dedica (no para uso laboral o científico) a los dispositivos digitales?
- ¿Se encuentra incomodo o irritable cuando no dispone de internet?
- ¿Siente intranquilidad o se encuentra mal cuando no está conectado o jugando?
- ¿Termina rápidamente sus tareas para poder volver a conectarse?
- ¿Utiliza el móvil caminando, en clase o cuando es inadecuado o peligroso?
- ¿Le cuesta estar tiempo sin mirar el móvil u ordenador para comprobar si tiene respuestas a sus historias o existen mensajes o novedades en Facebook, Twitter, Instagram o similares?
- ¿Descuida o evita sus actividades prioritarias y responsabilidades (estudios, comer, hacer deporte, salir con los amigos, etc.), para seguir conectado?
- ¿Ha intentado disminuir el tiempo dedicado a las pantallas y no lo ha conseguido?
- ¿Ha dejado de realizar lo importante como consecuencia de utilizar compulsivamente estas actividades?
- ¿Tiene irritabilidad, enfados y violencia verbal (a veces física) cuando se le limita o intenta limitar el acceso a internet o al móvil?
- ¿Se decepciona o se siente mal cuando no conseguir los likes (me gusta) deseados?
- ¿Sus familiares o amigos le han dicho que utilizan mucho el ordenador, el móvil o la videoconsola?
- ¿Miente o discute cuando se le pregunta sobre la cantidad de tiempo dedicado a estas tecnologías?
- ¿Usa las redes o estas tecnologías para evadirse, relajarse o soportar los problemas?
El mundo digital de Internet y de la Inteligencia Artificial es necesario para mejorar la información, el conocimiento, el rendimiento científico, las relaciones interpersonales o el entretenimiento. Pero cuando las nuevas tecnologías y las pantallas se utilizan de manera compulsiva y su uso se convierte en una adicción, se producen repercusiones en la vida del individuo y también en su entorno familiar. Siendo las más habituales:
- Insomnio y pérdida de las horas de sueño.
- Suspensos y disminución del rendimiento académico.
- Aislamiento social.
- Pérdida de relaciones personales.
- Episodios de ansiedad.
- Ludopatía en los usuarios de juegos con compra de cajas regalo o botín.
Llegando a tener graves consecuencias en la esfera mental, veces, de compartir aspectos privados de la vida diaria, que pueden llevar a situaciones de acoso, violencia y otras cuando reciben comentarios y opiniones negativas y son despreciados, insultados o maltratados, todo lo cual conduce a episodios de ansiedad y depresión que pueden generar pensamientos suicidas, ocasionalmente con resultados de muerte. En este sentido no se puede obviar que la adicción a las redes sociales está potenciada y favorecida por las empresas tecnológicas, que como Meta (empresa matriz de Instagram, Facebook, WhatsApp o Messenger), fue acusada en 2023, por los fiscales generales de 41 estados de USA por diseñar y desarrollar sus plataformas, de manera consciente e intencionada, con características que manipulan psicológicamente a los niños y les mantienen adictos, estimulando los circuitos cerebrales de la adicción. Lo hacen mediante el desarrollo de programas informáticos de refuerzo variable, algoritmos, contenido efímero, scroll infinito o reproducción automática de contenidos, cuantificación y visualización de ‘Me gusta’ y alertas automáticas perturbadoras.
Para evitar estos riesgos y problemas, lo fundamental es que los padres no favorezcan el uso de los móviles cuando son niños, retrasándolos hasta la juventud, y cuando se permitan tener un control estricto de las pantallas (móvil, internet, Tablet y videoconsolas), con límites claros ligados al rendimiento y principios vitales de la vida y la familia. Además, se pueden tener normas de prevención como:
- Silenciar el móvil y las notificaciones automáticas de las plataformas.
- Apagarlo y sacarlo de la habitación cuando se esté estudiando.
- Guardarlo y no usarlo cuando se esté realizando cualquier tarea de trabajo o entretenimiento y durante las comidas.
- No utilizarlo y guardarlo cuando se esté con otras personas.
- No usarlo por la noche al menos 1 hora antes de dormir y no dejarlo dentro de la habitación.
- No tener pantallas (televisión, Tablet, ordenador o consolas) en la habitación.
- Limitar el tiempo de uso y evitar conexiones prolongadas.
- No compartir los aspectos íntimos ni dar datos personales a desconocidos.
- Borrar las aplicaciones que generen ansiedad y dejar de seguir o bloquear a todos las personas o grupos que producen angustia o malestar.
Dr. García Basterrechea
Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Murcia
Especialista en Medicina Interna por la Universidad de Murcia