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El tabaco y la reducción de daños: Sí o No

Como especialista en Medicina Interna con más de 35 años de experiencia en el tratamiento de drogodependencias, considero que los planes para el abordaje del tabaquismo en España se centran casi exclusivamente en políticas de prevención y en el abandono absoluto de su consumo.

Estas acciones son evidentemente los pilares fundamentales de los problemas sobre la salud propia y ajena producidos por el consumo de tabaco, pero a la luz de la realidad están siendo insuficientes para disminuir la prevalencia de esta enfermedad en España, donde las tasas de consumo diario de tabaco en la población de 15 a 64 años son del 32%, muy superiores a las existentes en los países avanzados y, de las más altas de Europa.

Esto indica sin lugar a dudas que si queremos mejorar hay que innovar y realizar nuevas acciones. Entre ellas, además de aumentar de forma muy significativa la oferta de tratamiento específico en Atención Primaria, y de profundizar en las políticas preventivas a través del aumento de los impuestos, empaquetado genérico, ampliación de los espacios sin humo, etc., pienso que se puede y debe considerar la posibilidad de políticas dirigidas a la reducción de los daños producidos por el tabaco, es decir, acciones orientadas a disminuir los efectos negativos del tabaco en aquellos fumadores que no se plantean dejar de fumar, que en España representan alrededor del 40%.

Las políticas de reducción de daños para algunas sustancias

La reducción de daños y la mejoría de la calidad de vida de los enfermos son opciones que siempre se han considerado en medicina para aquellos problemas de salud en los que la curación no era posible. Es a partir de los años 80, cuando las políticas de reducción de daños se incorporan de forma muy significativa a los tratamientos de los pacientes drogodependientes, estando, desde entonces, ampliamente documentadas como muy positivas para disminuir la gravedad de las complicaciones sociales, económicas y de salud del consumo de drogas.

Entre estas políticas para disminuir daños se pueden destacar las utilizadas con los enfermos heroinómanos:  en particular los tratamientos con metadona, las narcosalas y el intercambio de jeringuillas.

Así mismo, para los consumidores de bebidas alcohólicas, con o sin dependencia, disponemos de las bebidas 0,0 y “Sin”, recomendándose por la OMS y múltiples organismos y sociedades médicas disminuir su ingesta, bien en la cantidad o bien en número de días, con el objetivo de reducir la carga de morbilidad causada por el consumo nocivo de alcohol. Además, en los últimos años se han incorporado tratamientos farmacológicos como el Nalmefene, dirigidos a disminuir la dosis de alcohol ingerida por aquellos adictos que no pueden o no quieren abandonar su consumo.

Todas estas acciones, son opciones de tratamiento que unas veces se indican como objetivo inicial para después intentar dejar de consumir completamente y otras como mecanismo de mantener el contacto con los consumidores y tal vez facilitar un eventual abandono posterior, pero también con el único objetivo de que las repercusiones del consumo sean menores. En definitiva, para disminuir los daños, mejorar la salud y favorecer una vida más larga y saludable.

Pero… ¿Qué está ocurriendo con el tabaco?

La opción de disminución de daños en el abordaje del tabaquismo se fundamenta en múltiples evidencias científicas: unas demuestran una reducción del 90-95% de los componentes tóxicos del tabaco en los cigarrillos electrónicos, el tabaco sin combustión y el Snus (tabaco de uso oral), con la consecuente disminución de los riesgos derivados de ellos; otras indican la capacidad de estas alternativas, menos peligrosas que el tabaco, para disminuir el número de fumadores, reducir las patologías asociadas y en definitiva para ayudar a millones de fumadores.

Con frecuencia encontramos diversos colectivos médicos y organismos nacionales e internacionales, que se posicionan en contra de estas opciones terapéuticas, aduciendo que no están exentas de riesgos, que contienen sustancias tóxicas nocivas para la salud, que no se dispone de evidencia científica suficiente para concluir que los cigarrillos electrónicos ayudan a dejar de fumar, que pueden ser la  puerta de entrada a la adicción a la nicotina o que algunas de estas alternativas proceden de la industria farmacéutica.

Evidentemente defienden valoraciones que no se pueden desdeñar, pero si a todos nos une un objetivo común, luchar contra el tabaquismo y sus inmensas repercusiones sobre la salud y el medio ambiente, sería mejor y me parece más racional, que lejos de confrontar entre los partidarios de la reducción del daño y los que se oponen, se cree un marco internacional de debate y diálogo en donde se unifiquen criterios que se fundamenten en realidades científicas y no en opiniones o en ideas predeterminadas y excluyentes. La ciencia siempre ha evolucionado a partir de dudar, analizar y comprobar.

Por otra parte, si como parece evidente por la continua información científica disponible, los cigarrillos electrónicos con o sin nicotina, el tabaco sin combustión y el Snus son beneficiosos, aunque no inocuos, para la salud de los fumadores, es importante que ser regulen de forma diferenciada al tabaco de combustión, ya que asimilarlos a él enviaría un mensaje contradictorio a los fumadores, desmotivándolos para utilizar otras opciones menos dañinas, limitando así los beneficios que estos productos tienen en comparación con los cigarrillos de combustión, en particular, si estos productos se incorporaran a las consultas especializadas de tratamiento del tabaquismo, como una opción eficaz para aquellos que no pueden, no saben o no quieren dejar de fumar, a los que estas opciones, con mucho menor riesgo para su salud, pueden favorecer que se incorporen a programas de disminución de daños y muy probablemente, como ya ocurrió con la heroína y ahora se evidencia con el tabaco en los países que ya las utilizan así, posibilitará que un porcentaje elevado de estos fumadores abandonen al final cualquier forma de consumo de nicotina.

Dr. García Basterrechea
Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Murcia
Especialista en Medicina Interna por la Universidad de Murcia

Adicciones, Drogadicciones, Sustancias, Tabaco, Tabaquismo, vapeadores, vapeo

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