Sí, ya que por las sustancias adulterantes, la susceptibilidad individual, patología concomitante o situaciones concretas (conductores, embarazadas, niños y jóvenes, etc.) el uso de una sustancia, aun cuando sea ocasional, puede determinar riesgos importantes para la salud de uno mismo o de otros e incluso, en ocasiones, conducir a la muerte, situación que siendo poco habitual ocurre muchas más veces de las que nos imaginamos, incluso con la primera o segunda dosis.
Evidentemente hay sustancias que por probarlas una vez no es previsible que inicialmente pase nada grave (fumar un cigarrillo o un “porro”), si bien hay que recordar que no sabemos de antemano quien es vulnerable o no y quien después de probar una sustancia va a desarrollar un cuadro de dependencia. Por ello es conveniente tener presente que no todos los que prueban una droga se “enganchan”, pero la mayoría de los que después acabaron siendo adictos, cuando probaron una droga por primera vez también estaban seguros de que ellos eran capaces de controlar y que en ningún caso existía riesgo de hacerse adictos.