Cuando hablamos de drogas casi siempre hemos pensado que el objetivo principal es el abandono del consumo de una manera permanente. “No consumir nunca más”. Pero este planteamiento tiene unas elevadas tasas de fracaso y altas tasas de recaídas, siendo inaceptable para un 45% de pacientes que no desean abandonar totalmente el consumo o saben que esta opción, aunque deseada racionalmente, no es para ellos una opción realista al menos temporalmente.
Por ello, aunque lo ideal para quien tiene una adicción es no consumir, no podemos ignorar esta realidad y en estos casos ofrecer como alternativa terapéutica la reducción del consumo, puede ayudar a que se inicie una intervención precoz, que puede ser positiva ya que está demostrado científicamente que es beneficiosa y disminuyen las repercusiones y patología asociada, siendo en muchos casos un objetivo intermedio para aumentar la motivación del paciente y a la larga alcanzar la abstinencia.