Deprecated: Array and string offset access syntax with curly braces is deprecated in /mnt/web207/a0/47/57325447/htdocs/basterrechea/wp-content/plugins/Ultimate_VC_Addons/admin/bsf-core/auto-update/admin-functions.php on line 11 Adicción: ¿Por qué unas personas son adictas y otras no? | Parte 3

Adicción: ¿Por qué unas personas son adictas y otras no? | Parte 3

Además de los factores familiares, sociales, culturales, ambientales y a la acción de la propia sustancia en el cerebro, en el desarrollo de una adicción son esenciales:

Factores personales: Genéticos y psíquicos.

Los factores familiares, sociales, culturales y ambientales, referidos en los artículos anteriores, se producen y son habituales en multitud de personas, que también tienen situaciones familiares complejas o en las que el consumo de una determinada sustancia está ampliamente establecido e incorporado a sus hábitos alimenticios o recreativos.

Sin embargo, no todas, ni siquiera la mayoría de las personas terminan siendo adictos aunque prueben una droga, realicen una apuesta, utilicen el móvil, etc. Para ser adicto, es necesario que exista también una vulnerabilidad individual, que es en último término lo que al final determina que una persona que ha entrado en contacto con una droga siga consumiendo a pesar de los problemas y repercusiones que ello le genera.

Esta vulnerabilidad está determinada por diferentes genes, unida a la existencia de alteraciones en la esfera psíquica: trastornos de personalidad o enfermedad mental.

Factores genéticos

El estudio de los factores genéticos en la dependencia a drogas y adicciones comportamentales es un campo de intensa investigación. Se sabe que existen polimorfismos genéticos que son los que determinan diferentes niveles de vulnerabilidad y predisponen a la adicción.

Son genes que pueden afectar a una amplia cantidad de procesos, neuroquímicos, y que alteran la función de diferentes sistemas cerebrales y con ello facilitan que una droga modifique los circuitos de recompensa y produzca una mayor actividad “placentera”, con su efecto reforzante subsiguiente.

Otras veces son causas epigenéticas en la forma de expresarse los genes, producidas por la acción de factores ambientales, experiencias traumáticas, placenteras o por el consumo de drogas, y que dan lugar a modificaciones fenotípicas al modular las funciones de los genes sobre los que actúan.

Jóvenes fumando cannabis

Factores psíquicos

Por otra parte, hay una clara asociación entre las adicciones con otras enfermedades psiquiátricas o trastornos de personalidad. Es la llamada patología dual.

En la práctica clínica diaria hay múltiples estudios que demuestran una alta comorbilidad de pacientes con enfermedad mental y adicción a drogas y también entre estas y algunas adicciones comportamentales.

Los porcentajes de patología dual oscilan según diversos autores entre el 60 y el 80%, y algunos estiman que para el año 2025 el 75% de los enfermos mentales tendrá algún problema de abuso de sustancias.

Los motivos de esta comorbilidad son variados. En unos casos el consumo de una sustancia se establece porque su acción favorece la liberación de algunos neurotransmisores (GABA, endorfinas, serotonina, etc.) que tiene acción ansiolítica, sedante o antidepresiva y que contrarrestan los síntomas clínicos derivados de la patología mental; otras veces las drogas actúan sobre circuitos neuroquímicos disfuncionales implicados en diversas enfermedades mentales o en trastornos de personalidad y modulan su respuesta disminuyendo sus efectos negativos, por ejemplo mejorando los déficit cognitivos y emocionales que en ellas se producen; y en otras ocasiones porque su uso contrarresta la medicación que consumen para su enfermedad mental, como ocurre con el tabaco que disminuye los efectos negativos de los antipsicóticos al aumentar su metabolización.

Aunque existen pacientes con diagnóstico de trastorno antisocial, trastorno límite de personalidad o trastorno por déficit de atención e hiperactividad en los que existe una mayor incidencia de trastornos adictivos, no se puede hablar de que existan personalidades adictivas.

Lo más frecuente es encontrar rasgos de personalidad que aumentan la vulnerabilidad para el consumo y el posible desarrollo de una adicción posterior.

Entre estos rasgos de personalidad los que con mayor frecuencia se asocian al consumo o a conductas adictivas son: la existencia de alta impulsividad, la atracción por el riesgo y la búsqueda de sensaciones. También son rasgos que se dan habitualmente en los trastornos adictivos: la agresividad, las conductas oposicionistas durante la infancia, ser influenciable y dependiente, baja tolerancia a la frustración, alta tolerancia a la trasgresión, y falta de sentido de la responsabilidad.

Por otra parte, la personalidad (conjunto de cualidades y características psíquicas de una persona que determina la forma de actuar ante una situación concreta) es el resultado de la interacción de múltiples factores: herencia genética, experiencias personales, normas y valores familiares e integración social. Factores en los que influyen de forma determinante la actuación de los padres, la aceptación por los iguales, la capacidad de aprendizaje para desarrollar habilidades y recursos que permitan afrontar las situaciones de la vida diaria y establecer unas adecuadas relaciones interpersonales, en las que se sea capaz de expresar sentimientos y emociones, así como de rechazar la presión del grupo.

Por todo ello podemos entender que en situaciones que afecten durante las fases de maduración del cerebro pueden alterar sensiblemente el desarrollo de la personalidad y ser probablemente una causa más de vulnerabilidad para el desarrollo de adicciones a sustancias o comportamentales.

Los problemas familiares pueden afectar a la hora de iniciar una adicción

En resumen, el trastorno por uso de sustancias -dependencia o adicción- solamente afecta a algunas personas que son vulnerables, y en ellas tras tomar la primera dosis de droga, generalmente de forma experimental, se inicia de manera progresiva un complejo proceso de aprendizaje y condicionamiento de la conducta, que a su vez se asocia a alteraciones y modificaciones bioquímicas en diversos lugares cerebrales, en particular en el área de recompensa o del placer, llegando un momento en el que en determinadas situaciones, ambientes, estados de ansiedad o estrés, el deseo de consumo es tan intenso que paulatinamente siguen consumiendo hasta que terminan haciéndose adictas, pierden la capacidad de control y el deseo de consumo “dirige” impulsiva y compulsivamente la vida de la persona.

Dr. García Basterrechea
Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Murcia
Especialista en Medicina Interna por la Universidad de Murcia

Adicciones, Drogadicciones, Sustancias

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