La característica esencial de la dependencia a sustancias consiste, según la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE10) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un conjunto de manifestaciones fisiológicas, comportamentales y cognoscitivas en la cual el consumo de una droga, adquiere la máxima prioridad para el individuo, mayor incluso que cualquier otro tipo de comportamiento de los que en el pasado tuvieron el valor más alto. La adicción o dependencia se caracteriza por el deseo y uso de una droga, sin capacidad de control, aun cuando ello le lleve, en ocasiones, a conductas o actuaciones que pueden repercutir gravemente sobre su vida o conducirle a actuaciones delictivas.
La adicción es una enfermedad del cerebro, que se produce como consecuencia de la suma de diferentes factores ambientales, culturales y personales. Solamente afecta a algunas personas que son vulnerables y en ellas tras tomar la primera dosis de droga, generalmente de forma experimental, se inicia de manera progresiva un complejo proceso de aprendizaje y condicionamiento de la conducta, que a su vez se asocia a alteraciones y modificaciones bioquímicas en diversos lugares cerebrales, en particular en el área dopaminérgica, de recompensa o del placer, llegando un momento en el que en determinadas situaciones, ambientes, estados de ansiedad o estrés, pierden la capacidad de control, hasta que terminan haciéndose adictas y el deseo de consumo “dirige” impulsiva y compulsivamente la vida de la persona.